jueves, 5 de mayo de 2011

No, no me engaño

¡Qué niños somos! ¡Cómo ansiamos una mirada así! ¡Qué niños somos!
-Habiamos ido a Wahlheim. Las mujeres fueron en el coche y durante el paseo creí ver en los ojos negros de Lotte... ¡Estoy loco, perdóname!, ¡tenías que verlos, esos ojos! [...]
La seguí con la mirada y vi asomar por la portezuela el tocado de Lotte y se volvió para ver ¡ay! ¡Para verme a mí!

-Querido, estoy flotando en esta incertidumbre; éste es mi consuelo; 'Tal vez se volvió para mirarme a mí! ¡Tal vez! ¡Buenas noches! ¡Oh! ¡Que niño soy!


-Las desventuras del joven Werther, Goethe-