martes, 13 de noviembre de 2018

Seguir imaginándote

Luchar por no olvidar esa suerte de cosas que uno desea recordar para siempre, pero que lamentablemente se vuelven ceniza del pasado si se deja de usar la memoria para refrescarlas: una risa al viento entre el bosque, el abrazo profundo y agradecido que prosigue a la honestidad de quien da sin pedir a cambio, la piel contra la piel en la oscuridad, el sabor dulce de los labios que se buscan, la música pura de un orgasmo acompañada por los dedos que se entrelazan.

Luchar, al fin y al cabo, por seguir creando los recuerdos del mañana.

Gonzalo

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Ojalá te enamores

"Ojala te enamores de alguien que sepa lo que vales, que a cada una de esas cosas que tú llamas -defectos- les ponga tu nombre y sueñe con abrazarlos cada noche. Alguien a quien no le importe la hora que sea cuando sienta la necesidad de decirte que te quiere, que te despierte con un beso de buenos días y te dé las buenas noches con uno de esos abrazos eternos que terminan solo cuando el sueño vence. Ojalá te enamores de alguien que te diga cada día que eres preciosa, que no ha visto algo más bonito en toda su vida. Alguien a quien no le dé miedo decirte en voz alta que está loco por ti, que lo grite bien fuerte, bien alto, sin importar nada más que la sonrisa que te provoque, sabiendo que lo dice desde el corazón".

Me partí el alma y el pecho para ser ese alguien. Me pediste a gritos que fuese ese alguien. Y cuando este amasijo de huesos reunió el valor para ser quien tanto tiempo llevabas esperando que fuese, quien tanto tiempo llevaba queriendo ser, aún atrapado entre los barrotes del miedo que me daba el abismo de perderte, una vez rotos, resultó que daba ya igual quien fuese.

Ojala no hubiese sido ese alguien,
porque ahora,

                  ya no puedo dejar de serlo.


Gonzalo.

martes, 7 de febrero de 2017

[...] Me parece infantil la idea de una pareja en la que se cuelen todas las corrientes de aire, pero tampoco siento demasiado aprecio por las parejas que huelen a cerrado; y sólo siento desprecio por la pareja antigua, basada en la sumisión de la mujer al hombre, o en la mujer que castra al hombre, o en las dos cosas al mismo tiempo.

Si tuviera que exponer las cosas en las que creo en este aspecto, diría: la complicidad, la ternura y el derecho a equivocarse.

-Los desorientados, A.Maalouf-

lunes, 9 de enero de 2017

Más bonita que ninguna

Un día, casi sin quererlo, me di cuenta de que esa dulce niña, tímida y reservada, con la que jugaba cuando tan sólo éramos inocentes críos, me tenía completamente loco. Me moría por sentarme a su lado, y amañaba los grupos de trabajo para intentar que siempre me tocase con ella. En ese momento parecían infantiles juegos de niños, pero esa mirada, profunda, limpia y pura, conseguía encandilarme como pocas cosas pueden encandilar a un chiquillo. Hoy, unos cuantos años más tarde, la niña es ya toda una mujer, igualmente de dulce, con la misma humildad y ternura, pero brillante, inteligente y bonita; bonita como ninguna.  Yo, sin embargo, sigo siendo el mismo idiota al que se le comen los nervios al mirarla a los ojos; el mismo chiquillo que busca su preciosa y perfecta sonrisa cada vez que la ve, como quien necesita del aire para respirar; y el mismo, por desgracia, que cobardemente sigue mirándola desde la barrera, desde el banquillo de aquellos que saben que no van a jugar ese partido. Si hay algo de lo que de verdad puedo llegar a arrepentirme, es de no haber sabido estar en el momento preciso, de no tener el valor de decirle, que desde las sillas y pizarras de las clases de primaria, hasta hoy, rozando el cuarto de siglo, ella ha sido la primera mujer con la que empecé a perder la razón. Si hablamos de musas, ella fue la primera, sin duda.

¿Qué sentido tiene escribir esto ahora? Quizás no debería, pero por más que intente evitar pensarlo, no puedo: eres para mi, tan preciosa como inalcanzable. El problema, como diría el maestro Benedetti, es lo estúpido del hecho de intentar sacar de la cabeza, aquello que no sale del corazón.

Gonzalivsky

martes, 19 de julio de 2016

Estamos a nada de serlo todo

 Cuando te miro, la mitad del tiempo estoy deseando comerte a besos. La otra mitad del tiempo, y perdóname por la sinceridad, muero por besarte otras cosas; comerte otras cosas...

¿Amores a bocajarro? Quien sabe. La única certeza fue siempre el quizás. Y no sabéis lo cachondo que me puso siempre esa incertidumbre.

Déjame que sea el dueño
de tu boca de aguardiente,
de tus gritos en caliente.


Gonzalivsky

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Hoy he aprendido que soy un idiota

Si de algo estoy seguro, es que ni el ejercito más grande del planeta nos podría haber parado, y que juntos, hubiésemos construido algo que verdaderamente mereciese la pena. Pero ese miedo al error, quizás más por mi parte que por la tuya, hizo que todo se disolviera como si jamás hubiera ocurrido nada. Hay que ser estúpido para dejarte ir, ¿verdad?

Solo una vez más: soy un completo idiota.

Bien.
Dejemos atrás a ese idiota.
Ahora, toca saborear nuevas sonrisas.


El amor es un paso; el adiós es otro, y ambos deben de ser firmes, nada es para siempre en la vida.



Gonzalisvky

miércoles, 23 de abril de 2014

Este pez, ya no muere por tu boca

¿Podría la princesa despreciar y hacer culpable de sus males, al héroe que la defiende de todos y cada uno de los villanos?

O el mundo ha decidido volverse loco, o yo, me equivoqué (y mucho) contigo.
Un consejo: recapacita las cosas, y valora a la gente por sus actos, y no por sus palabras. Y cuando quieras, te espero con una sonrisa en la boca. Pero eso, ya no depende de mi.


Gonzalivsky







domingo, 19 de enero de 2014

Mi pequeño rompecabezas

Conjugando amor y odio en la misma frase, cada día, cada hora, no supimos vencer la dicotomía en favor de nuestros corazones,
y así, fuimos dejando que el más negro de los orgullos minará nuestras más desatadas miradas de amor salvaje; nuestro más caluroso deseo de comernos a besos.

No nos dejemos escapar, ni un minuto más.


Gonzalivsky

jueves, 9 de enero de 2014

La comisura de tus labios

Pero Fréderic no tardó en volver al lugar al que ya la señora Arnoux había regresado.
Estaba leyendo un pequeño volumen con tapas grises. De vez en cuando, se elevaban las comisuras de su boca, y un relámpago de placer iluminaba su frente. 
Se sintió celoso de quien había inventado lo que tanto le agradaba.

-La educación sentimental, Gustave Flaubert-




jueves, 7 de noviembre de 2013

Yo me enamoré de ti

"Yo me enamoré del juego, de la suerte, del azar,
del tenerte o tenerte que olvidar;
me condenaste a lo segundo, como si fuera un difunto que no puede hacer el mal"

Yo, estúpido como ninguno, me enamoré de ti.


lunes, 27 de mayo de 2013

No lo puedo evitar

Que por más que lo niegue, cada vez que te veo consigues dar al traste con todo mi mundo.
Me vas a arruinar la vida, y lo sabes: pero que carajo, a la mierda la vida.




Gonzalivsky

lunes, 8 de abril de 2013

Tú, tú y siempre tú

Tenía tantas ganas de volver a saborear mi plato preferido, que inconscientemente me eche a temblar cual cobarde esperando a la muerte. ¿Por qué? Porque sí, ya me conoces.
Sabes muy bien que tú y yo no tenemos remedio, que por alguna extraña razón, el cabrón del destino nos juntó, y que será realmente difícil hundir nuestro barco: imposible, diría yo. Créeme.
¿Ves? Hablo demasiado, y por más que hable, sigo sin encontrar esa palabra, ese adjetivo que describa las ganas con las que te devoraría a cada minuto.

Va, cállate ya Gonzalivsky. 
Mejor; 

    Cállame a besos,




Gonzalivsky

domingo, 10 de febrero de 2013

Fui yo, el primero en olvidar

Es en mañanas como esta, mañanas de domingo sin resaca y un frío que te congela los huesos, de madrugar, libros y buena música, en las que llego a pensar realmente en las cosas; en las que yo y yo mismo, nos sentamos a hablar de nosotros.

Y hoy, como de casualidad, has aparecido tú. 
La misma que cavó una pequeña trinchera en esa cosa extraña que es mi astillado corazón, y dijo que de ahí no salía, que esa parcela le pertenecía por derecho legítimo.

¿Tiene gracia verdad?

Ahora eso ya da igual.
"Ahora es demasiado tarde, princesa"



Gonzalivsky


lunes, 28 de enero de 2013

Bienvenida

Esas miradas, cargadas de besos, acabarán conmigo ¿Lo sabes, no?
Yo te aviso; el día menos pensado, acabaré perdido en la inmensa espesura de tus ojitos.

Maldito seas, Gonzalivsky.



"Y dice que entre amores nunca se ha caído de pie, que se descuida, y se vuelve a caer..."