Y tallo corazones a navaja

Y los olivos me cuentan que me canso de soñar contigo,

que estoy acorralado y no me quedan tiros,

que va siendo hora de despertar [...]

- A caballo, Marea -

Te declaro culpable

Victima de tus ojos, de tu boca,
victima de tu pelo, de tu dulzura.
Victima de tu maravillosa sonrisa;
de tu más absoluta locura.

Gonzalivsky

Maltrecho corazón

Últimamente mi corazoncito anda inerte, paralítico,como ausente del mundo.

Y sabes, todo esto me da mucho miedo, porque temo que tu nombre se borre de las paredes de este, de que ya no pregunte tan a menudo por ti, y de que inexplicablemente,

empieces a dejar de ser la musa que consigue que bombee sangre cada mañana.

Te lo confieso; tengo miedo a dejar de morirme por tu sonrisa.

Gonzalivsky

Se sentó la madrugada

Adoro encenderme un cigarrillo a las tantas de la madrugada, ver como la llama de mi mechero, rompe con la fría noche, ver dormir a la ciudad mientras la niebla, se come poquito a poco a eso que llaman ciudad del viento.
Adoro sentir el frío en mi cara, y ver como el humo que sale de mi boca, en un espectáculo místico, se aleja susurrándome tu nombre, mientras mi ventana lagrimea desconsolada por no tenerte aquí.

Pero antes de la ultima calada, inexplicablemente y cada noche, me repito a mi mismo, que tú, solamente tú, eres y serás mi luna preferida, mi pequeña Maggie.

Gonzalivsky

Aquello que llaman amor

Y, fóllame, como si esta noche me fuera a comer,

las estrellas una a una; quédate,

jugará tu corazón al esconder, 

con el mio, en la basura.

- El día que lluevan pianos, Marea -

Te adoro

"Y escribir nuestros nombres

en el vaho de la ventana de mi habitación,

que se empañó con el ardiente sudor de nuestros

cuerpos al comernos mutuamente."

Gonzalivsky.

Te necesito

Te necesito como el pincel al pintor,

como necesita la pluma al poeta,

te necesito como el odio al amor,

como necesitó Romeo a Julietta.

Aitor Cuervo

Y sin embargo

Ya deberías saber como soy, me gustan los retos,
los imposibles; darme mil veces contra el muro, y levantarme otras mil.
Vivir constantemente en el umbral del fracaso y el desengaño.
Aferrarme a un clavo ardiendo, creer en una mentira.

Me encantas, ya deberías saberlo.

Gonzalivsky