Y hoy, como de casualidad, has aparecido tú.
La misma que cavó una pequeña trinchera en esa cosa extraña que es mi astillado corazón, y dijo que de ahí no salía, que esa parcela le pertenecía por derecho legítimo.
¿Tiene gracia verdad?
Ahora eso ya da igual.
"Ahora es demasiado tarde, princesa"
Gonzalivsky