Adoro sentir el frío en mi cara, y ver como el humo que sale de mi boca, en un espectáculo místico, se aleja susurrándome tu nombre, mientras mi ventana lagrimea desconsolada por no tenerte aquí.
Pero antes de la ultima calada, inexplicablemente y cada noche, me repito a mi mismo, que tú, solamente tú, eres y serás mi luna preferida, mi pequeña Maggie.
Gonzalivsky
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