lunes, 21 de noviembre de 2011

Frac azul, chaleco amarillo y dos pistolas

Cuando llegó el médico junto al desventurado, lo encontraron en el suelo, sin salvación, el pulso latía, pero todos los miembros estaban paralizados.
Se había disparado en la cabeza por encima del ojo derecho, haciéndose saltar los sesos.
Le hicieron una sangría en el brazo, la sangre corrió, seguía respirando.


-Las desventuras del joven Werther, Goethe-



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