martes, 17 de abril de 2012

Nunca me ha gustado lo sencillo

No habría problemas, ni dolores de cabeza cigarro en mano, y cerveza en la otra. Mirar repetidamente cual imbécil los mensajes sería cosa del pasado, y esa sensación infantil cada vez que la veo, desaparecería. Mis labios no andarían recelosos de los suyos, y mi corazón, dejaría de preguntar por su nombre cada dos por tres. Todo sería mucho más sencillo, ¿no?

Lo siento, pero no. A este perro nunca le ha gustado tomar el camino fácil. Que le vamos a hacer, si quisiera vivir de placer, me buscaría un amor de cantina.


Gonzalivsky



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